Martha Pacheco se caracterizó por ser la voz de los abandonados, de los excluidos, de los marginados, de aquellos que han sido despojados de un rostro.

Su trabajo impactó a un sinnúmero de personas, quienes a través de su obra pudieron dilucidar las carencias y problemáticas sociales de los habitantes de las crueles calles de la ciudad. Estas avenidas obscuras, estos rostros maltrechos y estos cuerpos demacrados, son un reflejo más de su eterna preocupación: la naturaleza humana. Esa donde oscilamos entre la razón y la locura, la bonanza y la decadencia, la vida y la muerte.

En CINCO-grafías se define su obra por la entereza de su ser frente a un tema complejo e intenso,  representando personajes que se han convertido en parte de su legado gráfico y que han trascendido más allá del propio corpus. Con una mirada cuasi maternal, llena empatía y hermosamente enérgica, la maestra Martha Pacheco nos presenta miradas y rostros ajenos que se convierten en propios de forma instantánea, haciéndonos cómplices suyos, forzándonos a ver lo que no queremos ver.

Es por medio  de su mano serena que generaciones conocerán los rostros fríos y dramáticos del olvido, la locura y la muerte; rostros que quedarán alojados para siempre  en la mente de aquellos que tengan la oportunidad de conocer su maravillosa obra.